Esta sección busca explicar porqué el Norte Chico, y particularmente el Valle de Choapa, son ricos en cobre, y cómo este metal ha sido explotado en la zona desde tiempos precolombinos. Un dato relevante es que Chile llegó a ser uno de los mayores productores de metal rojo en el mundo durante el siglo XIX, y el Norte Chico fue en esa época, la región que concentró más minas y fundiciones del país.
Sin embargo, no se construyó sobre cimientos sólidos, ya que no se hicieron las inversiones adecuadas, ni se implementaron tecnologías extractivas modernas. Tampoco se cuidaron los recursos naturales ni humanos, y por eso, a fines del siglo XIX, la industria minera local no resistió la dura competencia internacional y la mayoría de las minas y fundiciones cerraron. El Norte Chico sucumbió a este colapso, y logró recuperar su protagonismo minero recién a comienzos de este siglo con la llegada de la gran minería, esta vez guiada por los principios de la sustentabilidad.
Si nos preguntamos porqué el territorio de Chile posee abundantes reservas de cobre, la respuesta está en el proceso de formación del territorio. Justo en el borde marino del país se unen dos placas de la corteza terrestre: la placa oceánica se hunde bajo la placa continental, llevando consigo agua y sedimentos que se funden al alcanzar los 60 a 70 km de profundidad, donde hay temperaturas de entre 600 y 800 grados. Este magma luego va ascendiendo entre las grietas y fallas de la corteza, produciéndose la mineralización.
En el Norte Grande este proceso es más antiguo (hasta 30 millones de años) lo que ha permitido que los minerales se oxiden. En el Choapa, que es un territorio más nuevo (de entre 5 a 10 millones de años) los minerales aún se encuentran en forma de sulfuros. El yacimiento de minera Los Pelambres se encuentra a 135 km desde Los Vilos hacia el interior de la comuna de Salamanca, casi en el límite con Argentina y aproximadamente a 3.500 m.s.n.m.
En la provincia de Choapa, y justamente en el sector de Quereo, en la comuna de Los Vilos, se han encontrado vestigios con más de 11 mil años de antigüedad, ubicando a este territorio como parte de los más antiguos del continente americano y abriendo nuevas teorías sobre el poblamiento americano.
No tan lejos en el tiempo, la cultura Molle habitó estas tierras entre 300 años AC y 700 años DC. Algunos estudios confirman que pudieron ser los primeros en utilizar el cobre. Le siguió la Cultura las Ánimas, quienes desarrollaron entre los años 600 y 1000 DC, con una fuerte influencia de sus antecesores, un sistema minero muy avanzado, que derivó en la “Minera Las Turquesas” con túneles, galerías y una gran actividad minera. Aunque el cobre no era el fuerte de este asentamiento minero prehispánico, deja en evidencia el gran desarrollo en el área, entregado como herencia a sus sucesores, los Diaguitas.
La cultura Diaguita logró dominar la extracción del cobre y su posterior modelamiento, principalmente a través del martillado y recocido. También alcanzó su aleación con otros metales como el estaño, creando importantes piezas como herramientas de pesca para la explotación de los recursos marinos, entre otros. A partir del año 1400, fueron adheridos al territorio del Tawantinsuyu incaico, quienes continuaron avanzando en el desarrollo del uso de los metales en el Norte Chico.
Los conquistadores españoles que llegaron a este territorio estaban más interesados en el oro que en el cobre u otros metales. Ellos establecieron una de las primeras normativas legales para su explotación: Los minerales bajo la superficie pertenecían a la corona española, y quien lo explotaba debía pagar el quinto real: un impuesto correspondiente al 20% de la producción. La explotación estaba a cargo de quienes obtenían del Rey las mercedes – o permisos para explotar la tierra - y encomiendas de indígenas, una institución impuesta para la repartición de la población indígena con deberes para ambas partes: una forma de proveer de mano de obra a los conquistadores y, a su vez, de evangelizar a la población indígena. La irrupción de corsarios y piratas, que prestaban servicios a Inglaterra, entonces en guerra con España motivaron la explotación de las minas de cobre para la fabricación de cañones para el puerto del Callao, en Perú.
Con los inicios de la Revolución Industrial, el cobre adquirió mayor importancia. El inicio del sistema capitalista y la globalización cambiaron las condiciones de explotación de las mineras en todo el mundo, incluyendo a Chile.
El encomendero en crisis desaparece hacia inicio del siglo XVIII, dando paso al pequeño empresario, quien explotaba las minas con dos o tres trabajadores. A su vez, el antiguo encomendado, pasa a ser trabajador independiente, algunos convertidos en peones llegan a las minas como pirquineros, coexistiendo ambas formas de explotación de las vetas mineras.
Pirquinero: Minero que extrae el mineral de forma artesanal, generalmente de manera independiente. Se inicia la fabricación a gran escala de una serie de artículos de cobre, latón y bronce, como botones, alfileres y planchas, que permiten el desarrollo de otras áreas productivas como el artesanado preindustrial o la modernización del área agrícola.
Además, el cobre y sus aleaciones formaban parte de la nueva maquinaria (también a nivel internacional). En las máquinas de vapor de pistón patentadas por James Watt en 1784, las cañerías de las calderas eran de cobre y los descansos y bujes, de bronce.
A pesar de los avances, históricamente la zona del Norte Chico tuvo dificultades de conexión y transporte, lo que se hizo evidente durante los siglos XVII y XVIII. El transporte solo se realizaba por caravanas de arrieros que unían los ingenios de fundición con los puertos de embarque. Hacia finales del siglo XVIII e inicio del XIX y con el fin de la Colonia, el Norte Chico se transformó en la principal zona minera del país. Se crearon distritos mineros conformados por pirquineros, cateadores, pallacos y algunos peones que llegaban de la zona central. Los pequeños caseríos, como Illapel, se transformaban en villas.
Con la Independencia, la industria cuprífera alcanzó mejores niveles de explotación. El libre comercio y menores derechos aduaneros facilitaron a comerciantes y mineros europeos instalarse en Chile.
Historia Parte 2